Estamos por conmemorar nuevamente el día fundacional de nuestra Congregación. Sabemos las circunstancias de la fundación de las congregaciones de San Arnoldo. No obstante, pienso que vale la pena hacer una relectura desde la actualidad de aquel hecho histórico. Porque la pandemia ha jaqueado al mundo entero. Si bien la pandemia no se ha terminado aún, la vida y las actividades se están retomando como estaban antes. Es una nueva oportunidad desafiante para todos nosotros: los consagrados misioneros y misioneras y los laicos socios de esta gran familia Arnoldina. Sí, es para un nuevo comienzo para la Iglesia en salida (Evangelii Gaudium) y caminar juntos y trabajar unidos en el espíritu de la sinodalidad de la misión compartida.

Como punto de partida preguntémonos ¿Por qué el P. Arnoldo precisamente eligió Steyl?  ¿Hubo otros lugares que habrían sido más favorables? Nos daría una primera impresión de que el P. Arnoldo como hombre de visión y conocimiento amplio encontraba Steyl como un pueblo más favorable y neutro, en una situación socio- político- religiosa, especialmente eclipsada por el kulturcampf (un intento de ejercer el control absoluto sobre la Iglesia católica por parte del gobierno de O. von Bismarck). Además, también encontró un edificio más económico para comprar, como si esto fuera poco estaba cerca del puerto. Nos haría pensar que, por esas razones, era el lugar apropiado y más práctico. A mí modo de ver, también hubo otros motivos eclesiales mucho más profundos.

El P. Arnoldo era un hombre de profunda oración. Por eso buscó la inspiración en la Palabra de Dios y encontró: “es mucha la mies, pero pocos son los obreros” (Mt 9, 35). Steyl se encontraba en dicha situación. Esto impulsó al P. Arnoldo primero y principalmente a optar por el compromiso pastoral allí. Su anhelo era anunciar la Buena Nueva en los lugares donde no ha llegado aún y aquellos donde no se ha proclamado suficientemente. Escribió posteriormente «pues hemos sido enviados a proclamar la gloria y el amor de Dios Uno y Trino» (Constituciones SVD, 405). Esto también revela que aquel pequeño pueblo necesitaba obreros evangelizadores.

Asimismo, Arnoldo quería formar un pueblo con espíritu misionero y de esta manera quería también cosechar el fruto de su esfuerzo, gracias a su adoración al Verbo encarnado, al Espíritu Santo, y la veneración a los ángeles, la Virgen María y los santos patronos. Así pues, quería evangelizar en la iglesia local y luego de allí, extenderlo a la Iglesia universal. Para él sería una falta de ética si solamente reclutara candidatos para la propia congregación, sin colaborar con las necesidades eclesiales locales. No quería pescar en la pecera.  En pocas palabras, como Jesús fue a Galilea, Samaria, Tiro, Sidón y otras zonas periféricas, también buscó fortalecer y alimentar la fe de los católicos de Europa, despertar el interés por las misiones extranjeras, ganar recursos y nuevas vocaciones para la causa misionera.

El P. Arnoldo que tuvo su crecimiento en una zona de agricultura, por eso sabía bien que necesita tierra fértil para la siembra que dé una buena cosecha. Hablando metafóricamente, el abonar la tierra espiritual consiste, en primer lugar, en el rezo familiar por las vocaciones para la vida consagrada. Sí, la familia es el primer lugar de la inculcación de la fe y allí obviamente fomenta la vocación también para la vida religiosa. Enseñó que el rezo es lo fundamental tanto para la vida cristiana como para la vida consagrada en particular. No tomó ninguna decisión importante sin dedicar el tiempo suficiente a la oración. Porque la vida misionera siempre encuentra su fuerza fundamental en la oración y después en los demás recursos.

En segundo lugar, siendo profesor sabía que los centros educativos también son otros campos por excelencia para la evangelización. Junto con lo educativo, también brindan una amplia formación para las futuras familias, enraizadas en los valores evangélicos y especialmente para fomentar las vocaciones para la iglesia local y también para la vida religiosa y misionera.  Lo puedo atestiguar desde mi propia experiencia de la pastoral educativa de dos décadas.

Una de las características innovadoras de las fundaciones de Arnoldo fue la organización de retiros para los laicos que resultaron ser un excelente medio de procuración de vocaciones. Para él la vocación misionera es “glorificar al Dios Uno y Trino entre las naciones”.

Junto a ellos va el apostolado de la prensa. El primer número del Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón (enero de 1874) informaba a los católicos de habla alemana sobre las necesidades de las misiones extranjeras para tomar conciencia y colaborar más allá de la iglesia local. El Almanaque de San Miguel principalmente difundió la idea misionera y las noticias sobre la casa misional de Steyl entre los católicos, y anualmente reclutó nuevos amigos y vocaciones. Sí, el Apostolado de la Oración fue un hito en el desarrollo de Arnold como misionero y fundador de nuestras congregaciones.

Para resumir, la elección de Steyl el inicio de la casa misional no se limitó solamente por las razones prácticas. Arnoldo supo que era el lugar del ministerio eclesial local como obrero generoso y comprometido a la mies abundante. Así también sabía bien que, si uno es fiel en lo poco, el Señor le confiará más (Mt 25, 14-30). Por eso sobre todo era un acto de fe y entrega, mística y la práctica a la vez.

La situación actual sacudida por la pandemia son los nuevos Steyl, Galilea, Samaria, Tiro y Sidón, con mucha mies. Son los lugares actuales de nuestra misión con oportunidades valiosas y desafiantes. Consisten en la renovación de las familias, comunidades, también la incorporación de nuestra espiritualidad, las dimensiones y áreas características Arnoldinas etc., es formar discípulos y misioneros con el nuevo espíritu eclesial actualizado, como él hizo en Steyl. Estamos llamados a continuar el éxodo de Bocholt a Steyl y de Steyl al mundo.   ¡Feliz y bendecido día fundacional! Viva Dios uno y trino en nuestros corazones y en los de la humanidad entera.

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Saju George Aruvelil, SVD es de la India. Es uno de los primeros OTPs que ha ido a Argentina. También allí terminó sus estudios teológicos para el sacerdocio. Luego comenzó su servicio en el área de la educación en nuestras instituciones SVD. Licenciado en Espiritualidad por la Universidad Pontificia de Comillas, Madrid. También tiene un doctorado en Teología de la Pontificia Universidad Católica de Argentina, Buenos Aires. También ayuda en la formación de laicos y candidatos religiosos. Da retiros y dirige talleres de espiritualidad y de liderazgo, seminarios, etc. Tiene un programa de radio y escribe en un periódico local. Actualmente es un promotor del Movimiento Laudato Si para el cuidado de la Tierra, junto con sus actividades de pastoral parroquial.