Señor Jesús,
exhausto por el caminar misionero,
te sentaste junto al pozo de Jacob,
y dijiste a la Mujer samaritana: “Dame de Beber”.
Guíanos a la fuente de “Agua Viva”
para poder proclamar en todas partes la
Buena noticia de tu Reino.

Espíritu Santificador,
quien ya aleteaba sobre las aguas
en el origen del mundo, fortalece
el Servicio misionero de la Iglesia
para que todos los pueblos
lleguen a la plenitud de la Vida.

Oh Padre, por tu Espíritu de Amor,
Danos de esa “agua Viva”: Jesús,
para proclamar el Evangelio
con renovado ardor misionero.
Amen.

Original en portugués en el libro “Orações Vocacionais e Missionárias” Missionárias Servas do Espírito Santo – Brasil