Jesús, hermano nuestro, amigo, Dios cercano.
Estamos hoy aquí, frente al pesebre de nuestra familia, para adorarte, bendecirte, agradecerte, alabarte.

Te vemos junto a María y José.
Los tres forman una sola familia unida por el amor. Los tres son una familia sagrada, porque en ella reina la presencia de Jesús, Dios con nosotros.

Sabemos que la familia es una comunidad de vida y de amor. Sabemos que la familia cristiana debe ser una iglesia doméstica, es decir, una comunidad cristiana en donde se viva la fe, la esperanza y la caridad.

Sabemos que toda familia cristiana es también sagrada, por la presencia de la gracia de Dios a través del sacramento del matrimonio.

Queremos agradecerte este amor tan grande y proponemos ante Ti, ante María y José, hacer todo lo que podamos para vivir la unidad la paz, la comprensión, el amor familiar.

Consérvanos unidos y danos la capacidad de comprendernos y perdonarnos cuando algo quebrante nuestra unidad.

Jesús, José y María, Sagrada Familia de Nazareth alcanzadnos de Dios la gracia de ser una familia como la vuestra por la vivencia de los valores evangélicos. AMEN