Publicamos una entrevista del Coordinador Europeo de Comunicación, el padre Krzysztof Kołodyński, SVD, con el padre Andrzej Miotk, SVD, responsable del Archivo del Fundador en la Casa Generalicia, historiador y experto en la espiritualidad del padre Arnoldo Janssen. La conversación se refiere a la obra en dos volúmenes del Padre A. Miotk sobre la espiritualidad y la historia de nuestro Fundador.

Redescubrir el Tesoro de la Espiritualidad de San Arnoldo

Krzysztof Kołodyński (KK): Tengo en mis manos dos volúmenes de su última publicación. ¿Podría decirme que contienen estos dos tomos?

Andrzej Miotk (AM): “Un misionero incansable de la Palabra y del Espíritu”. El título es muy significativo porque refleja todo el proceso de búsqueda de lo más importante en la espiritualidad del Fundador. Sin duda, esta es su total dedicación a la misión a través del Apostolado del Sagrado Corazón de Jesús, que estuvo presente desde el inicio en su espiritualidad. En este sentido, podemos ver su total entrega de todas sus fuerzas, posibilidades y talentos para cumplir el llamamiento que discernió.

El título refleja su vida, que no fue fácil. Hubo en ella muchos momentos de crisis que resultaron ser una escuela para él. La publicación incluye también un artículo titulado “Escuela de la Cruz”, que refleja su dinámica interna. En las crisis y dificultades, San Arnoldo encuentra también la voz de Dios, que lo llama a una conversión constante. Ciertas actitudes y formas de implementar esta misión no siempre fueron las que Dios quería. En ocasiones pudo haber hablado la naturaleza de Arnoldo y en momentos así se manifiesta esta dinámica de cambio.

El segundo volumen tiene el subtítulo “La Palabra y el Espíritu”. Si buscábamos algo innovador en la espiritualidad del Fundador para su tiempo, era sin duda una combinación de estos dos elementos: la Palabra y el Espíritu. En la teología espiritual de aquella época, estos dos términos habitualmente no iban juntos. Arnoldo los combinó, creando la dinámica del Verbo Encarnado y del Espíritu Santo como dos vías de su espiritualidad que determinaron su especificidad.

KK: ¿Cuáles son las diferencias entre estos dos volúmenes? Miré el índice y la palabra que me viene a la mente es “contexto”. Más tarde noté elementos que parecían “explicar” la espiritualidad del Fundador. ¿Cómo encontrar el camino en esta primera parte, más larga?

AM: Escribí sobre el contexto en el último capítulo de este volumen. No hay espiritualidad sin contexto. La espiritualidad de nuestro Fundador se moldeó en la realidad del siglo XIX. Este pensamiento se desarrolló gradualmente. Quería presentar este contexto de manera integral, a partir de la historia universal general. Entonces el contexto se estrecha, por el contexto de la Iglesia en ese momento. Detallé más el contexto de la misión y la iglesia en Alemania. Todo esto influyó en San Arnaldo.

En este contexto llegamos a los elementos de la espiritualidad. La espiritualidad descrita no se limita sólo a Arnoldo, sino que explica de manera más amplia la fundación de tres congregaciones. Luego entra en un contexto directamente local sobre la región del Bajo Rin y la espiritualidad de esta región. ¿Qué elementos de esta región, de su familia, influyeron en
su espiritualidad? Más tarde esto se convierte específicamente en formas de espiritualidad enmarcadas en el contexto de las formas del siglo XIX. Se trata de las formas de devoción, piedad local y teología de esa época.

KK: Quería preguntarte sobre tus fuentes. ¿Eran estas fuentes que aún no habían sido publicadas oficialmente?

AM: Al escribir sobre la espiritualidad de San Arnoldo, no me quedé suspendido en el vacío. Ya se realizaron estudios, por ejemplo el del padre Fischer. Fue un trabajo muy significativo puesto que el autor conocía al Fundador y trabajaba con él. Aunque no tuvo acceso a todas las fuentes, enfatizó el aspecto trinitario de la espiritualidad que impregna otras devociones. Este es el elemento vinculante de toda espiritualidad.

Posteriormente, cuando se inició el proceso de beatificación en los años 1930, apareció una obra del padre Hermann Sandkamp titulada „Junto a las fuentes sagradas. La espiritualidad del Padre Fundador”. La atención se centra aquí más bien en las formas de piedad. Y luego un estudio sobre la espiritualidad del padre Peter McHugh. Aquí se puede ver la espiritualidad del Fundador en clave de los cambios conciliares y tocar la mirada en la que fue precursor. Siempre ha habido una tendencia en la congregación a percibir la figura del Padre Fundador como una figura arcaica. En el sentido de que adoptó la espiritualidad de aquella época, que era sólo un reflejo, privado de impulsos novedosos. Ese, en absoluto, no fue el caso de Arnoldo. Él asumió e integró muchas de estas formas, pero también hubo ideas nuevas y reveladoras.

KK: ¿Por ejemplo?

AM: Fue muy original por parte del P. Arnoldo el haber enfatizado el papel del Espíritu Santo. En su época eso no era algo obvio. El Fundador incluso escribió una carta al Papa, pidiendo que se publicara una encíclica dedicada al tema del Espíritu Santo, lo que posteriormente tuvo lugar.

Y aquí, en la última parte del libro, en el desarrollo de la espiritualidad del Padre Arnoldo, el Espíritu Santo toma un papel protagonista, estrechamente relacionado con la obra misionera. Esto también se aplica a la creación de dos congregaciones de las Siervas del Espíritu Santo.
Esta publicación no es estrictamente un análisis espiritual. Muestra el proceso de desarrollo de la espiritualidad, sus manifestaciones, y cómo se manifestó en las particularidades de la obra, en diversos escritos e iniciativas del Fundador.

KK: El segundo volumen tiene una estructura completamente diferente. Encontramos aquí 261 informes. Cada uno va acompañado de una fotografía. Recientemente, se ha dicho y escrito más sobre que tenemos un “problema con el Padre Arnold” o nos falta alguna clave importante para comprender su espiritualidad, o no somos capaces de descubrir la respuesta a la pregunta de cómo esta multiplicidad de elementos de su piedad produjo tal resultado en sus acciones. ¿Puede este segundo volumen ayudarnos a descubrir esta clave?

AM: El segundo volumen es un intento de complementar la teoría del primer volumen con una dimensión práctica, contextual e histórica. Está claro que el contenido teológico y espiritual tiene sus raíces principalmente en la vida. Este es un intento de mostrar este proceso a lo largo del tiempo.

KK: Entonces, ¿aquí expones tu punto de vista?

AM: Bueno, sí. Creo que un historiador mira la realidad a través de detalles. Quiere que el mensaje sea encarnado, tangible, que esta espiritualidad esté inmersa en lo concreto. Todo tiene una razón. Las fotos muestran personas, eventos, publicaciones, situaciones específicas. Son como una breve historia sobre el desarrollo de la obra en tiempos del Padre Fundador. Esta espiritualidad no estaba preparada de antemano. Se formó a través de diferentes acontecimientos, problemas y contacto con diferentes personas. Esta espiritualidad es universal. El Fundador no era una persona „parroquial”, en el sentido de que estaba centrado en su pequeño mundo, sino que buscaba una dimensión universal, que es signo de la acción del Espíritu Santo.

KK: Toda la obra del Fundador demuestra que no se cerró y llegó muy lejos.

AM: Sin duda, la espiritualidad se valora por sus frutos. ¿Tiene alguna dimensión específica, sirve a la Iglesia o a la salvación del hombre? Creo que la grandeza del Padre Arnoldo es evidente en los frutos posteriores. No podemos limitar esta espiritualidad a los tiempos de su vida. Ella sigue dando frutos.

KK: ¿Qué afirmación del Fundador es apropiada para los tiempos actuales?

AM: Lo que más me llamó la atención fue “la inhabilitación de Dios en nuestros corazones”, su presencia constante, así como lo expresamos en nuestra oración: “que el Corazón de Jesús viva en los corazones de todas las personas”. Quería que este don estuviera presente en cada corazón. Tiene un carácter misionero.

KK: ¿Cómo terminarías nuestra entrevista?

AM: La investigación histórica y las fuentes son una cosa. Pero la popularización también es una dimensión importante. Es bueno que muchos laicos y cohermanos se dediquen a ella. Éste es nuestro desafío misionero en la práctica. Todavía no entendemos lo suficiente el legado del Fundador y hasta nos cuesta apreciarlo. Como dijo uno de los vice generales: “todavía nos avergonzamos del Fundador”. No hemos descubierto completamente este tesoro. Por lo tanto, tal vez este legado deba expresarse en nuevas realidades. No es fácil, pero todos estamos invitados a hacer este esfuerzo. Descubrir la gracia de Dios en su vida y misión, porque somos herederos de ella.

KK: Gracias. Tu publicación es una obra que no puede faltar en ninguna casa verbita. Creo que en la provincia intentaremos traducirla lo antes posible (ojalá se traduzca a muchos idiomas).

—–