Durante el curso de español en El Centro de Enseñanza para los Extranjeros en México, conocí una canción basada en la poesía de Antonio Machado “El caminante”. Y la frase que se me grabó en la memoria dice así: “Se hace el camino al andar”.

Todo esto me viene a la mente cuando pienso sobre la actitud y la tarea del discernimiento de nuestro fundador San Arnoldo Janssen. En su vida esta actitud del discernir estaba muy unida y conectada con su relación al Espíritu Santo. “Veni Creator Spiritus” –rezaba este himno no solamente una vez al día. Invocaba la luz del Espíritu Santo para conocer y descubrir cuáles son los caminos que él debería seguir. Discernir – es conocer lo que Dios quiere de nosotros.

Descubrir, entender lo que quiere Dios de uno, no es de nada una tarea fácil. Y que así es, nos lo muestran bastantes ejemplos de la Biblia y de la historia. Posiblemente lo sabemos bastante bien por nuestra propia experiencia. Discernir lo que quería Dios de Arnoldo Janssen no era nada fácil incluso para él.

El tiempo – se puede decir – de la lucha – que había pasado desde el momento donde descubrió la necesidad de la existencia de un Seminario para las misiones en Alemania hasta el momento cuando comprendió – discernió -, que él debe ser el iniciador de esta obra – era largo. Lo significativo es, que en todo este tiempo San Arnoldo no se quedó solamente contento con la idea – pasivo, esperando, sin hacer nada. Él hacía su camino – buscaba, preguntaba, hablaba con diferentes personas – y sobre todo demandaba a Dios en la oración.

Se hace el camino al andar.

En nuestra casa materna en Steyl, adentro hay un camino, caminito, mejor dicho, pero muy significativo. Hay una pequeña escalera que conduce desde el cuarto donde vivía San Arnoldo -que hoy es capilla- a la iglesia de la casa. Y esta escalera, con la pequeña puerta lleva a uno directamente al lado del altar principal del templo.

Este era el camino del Padre Arnoldo.

Él padre fundador muchas veces pasaba por este camino, especialmente cuando quería descubrir lo que Dios quiere de él, que Dios quiere de la Sociedad del Verbo Divino, de la Familia Arnoldina.

Padre Arnoldo pasaba este camino, entraba a la iglesia y allá en el silencio permanecía con Dios, escuchando, rezando, discerniendo.

Y esto no fue solamente un modo de hacer las cosas – esta fue una necesidad, algo esencial. Porque él sabía bien que solamente así – enraizado en Dios Uno y Trino, guiado por el Espíritu Santo – podrá cumplir con su misión, – discernir – conocer y cumplir la voluntad de Dios.

Se hace el camino al andar…

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El P. Eryk Koppa, nació en Strzelce, Opol, Polonia. Su primer destino misionero fue México. Después de varios años en la misión, obtuvo la Licenciatura en Teología Moral. Terminado los estudios regresó a Polonia y fue nombrado formador y prefecto del seminario entre los años 1998 y 2007. Además de ser formador, fue elegido Consejero Provincial entre 2003 y 2007. En el período del 2007-2013 actuó como secretario provincial. Fue elegido provincial de Polonia en el 2013 y consejero general en el 2018.