Los laicos socios en el ministerio de la Catequesis

Autor: Saju George Aruvelil SVD
Tema: Ministerio de la Catequesis
Idioma: Inglés, Español
Editorial: VivatDeus.org
Año: 2023

El 21 de agosto se conmemora al San Pío X, patrono y modelo de los catequistas en varios países.

La gran obra misionera de San Arnoldo Janssen no fuera posible sin los colaboradores y colaboradoras que tuvo a lo largo de su actividad. Solemos llamarlos “La Generación Fundadora”. Este término abarca a los primeros verbitas y a las primeras hermanas SSpS y SSpS AP. Cada vez más se habla también de los laicos que con su gran ayuda facilitaron el surgimiento de las casas misioneros en Europa en Steyl (Holanda), Modling (Austria) o Nysa (en aquel entonces Alemania, hoy – Polonia). Pero se menciona menos a la gran colaboración de los seglares allí, donde los verbitas y las Hermanas SSpS realizaban la obra misionera. En el libro de J. Alt  “El mundo en un mesón” sobre la vida y la obra de San Arnoldo sobre la misión en China leemos lo siguiente:

“Este fértil campo de trabajo verbita contaba, a fines de 1908, con 46.151 neocristianos vivos, 44.564 catecúmenos, 57 sacerdotes verbitas europeos y 12 chinos, 17 Hermanos, 30 Hermanas misioneras, 141 iglesias y capillas y 962 oratorios” ( p. 572).

Cabe remarcar que cuando la misión empezó en 1882 en el territorio encomendado a los verbitas (Shandong Sur) la comunidad cristiana contaba alrededor de 150 personas. Todo este inmenso trabajo hubiese sido imposible de realizar sin la colaboración de miles de catequistas.

Hoy en día la situación no es muy diferente. Por eso con un inmenso sentimiento de gratitud queremos recordar a nuestros queridos seglares compartiendo sus vivencias. Los testimonios de catequistas de Argentina recogió el p. Saju George Aruvelil SVD.

Soy Gabriel Medina. Doy gracias a Dios por la vocación al ministerio de la catequesis que me ha confiado. Hace 4 años que estoy en este servicio eclesial y estoy muy contenta y agradecida en una parroquia verbita. Me gustaría compartir mi experiencia y vivencia, así también lo que he descubierto con el paso de los años.

Ser catequista es recibir muchísimo más de lo que das.  Es una bendición enorme de Dios poder compartir con los niños las gracias de nuestra Iglesia de una manera simple, pero no menos profunda. Les encanta conocer acerca de la vida de Jesús, aprender sobre sus enseñanzas y milagros, leen la Palabra con asombro y el Espíritu Santo hace maravillas a través de lo que comparten. Les gusta rezar, pedir al Señor por sus familias y necesidades, no tienen vergüenza en hacer una oración y a través de ella han experimentado la acción de su Padre.  Tengo la bendición de escucharlos hablar del Señor como si lo conocieran de toda la vida.

La catequesis es dialogar y compartir acerca de lo que el Señor hace, porque con el correr del tiempo ellos mismos comienzan a ver la obra de Dios y su presencia de manera cotidiana. Parte de esta misión es mostrarles lo maravilloso que es conocer y poder contar con Jesús. Lo que el Señor siembra en el corazón de los niños es eterno. Tienen la capacidad y la predisposición para comprender con sencillez y se llenan de fervor cuando cantan para él o la Virgen María.  Han sentido la presencia de Jesús en la Eucaristía, Tienen una facilidad extraordinaria, para ponerse en las manos de Dios al creer sin ver, a confiar en su amor, en su bondad. Saben que Él no los va a defraudar. De ellos quiero seguir aprendiendo a “ser como niños” que es a lo que nos llama Jesús. Ser catequista es acompañarlos con la oración y mi anhelo es que le abran las puertas de su corazón, que lo amen con toda humildad, lo dejen actuar en sus vidas y en la Creación de Dios

Ser catequista es degustar ya el Reino de Dios, aquí es donde Él me conmueve con su cercanía, donde me habla con mayor claridad y donde la alegría de ser cristianos es en verdad una fiesta.

Soy Rosa T. Gutiérrez: catequista servidora de una parroquia verbita. El Señor me llamó para transmitir la fe, a niños, primeramente y hoy a los padres de catequesis familiar.  Fue una linda experiencia vivida con los niños, acompañándolos en su camino de preparación, para su Primera Comunión; ya que son puros de corazón. Más allá de los desafíos que se presentaron, como por ejemplo la falta de compromiso y acompañamiento de las familias en la catequesis; participamos de una bendecida celebración. Lo más triste, es ver que luego de recibido el Sacramento, las familias no participan en Misa, no perseveran en la fe. En estos tiempos difíciles, no hay que bajar los brazos, en nuestra misión de catequistas, pidiendo la asistencia del Espíritu Santo, especialmente, solicitando el don de fortaleza para seguir adelante.

Soy Verónica Amarilla, catequista de una parroquia verbita: Desde mis 16 años participo en la catequesis ¡. Hoy con 43 años, son 27 años caminando junto a los niños y hace tres años con padres, madres abuelas y tías.  Cada encuentro es acercarnos juntos al corazón de Jesús. Seguir sus enseñanzas nos muestra que Él es nuestro amigo y nos hace conocer más amigos para que no estemos solo transitando el camino. En ese camino descubrimos habilidades nuevas, perdemos vergüenza de relacionarse con el otro, comprendemos juntos que otros niños sufren. Que podemos reír llorar, valorar la vida y descubrir que con pequeños gestos hacemos felices a los demás. Aprendemos a bendecir y agradecer los alimentos. Frecuentemente el Señor nos brinda, en cada encuentro, que afianza eso que se dice que los catequistas somos puentes para acercar los niños y familias al corazón de Dios. Como dice Beato Carlo Acutis junto con la Eucaristía nos subimos a la autopista para llegar al Cielo.

Soy Kika Roaz: Coordinadora. El Señor me llamó, me pregunté; porque yo y cuando comencé a descubrir su Palabra y amarla, no pude callar y como discípula indigna, no llama a los mejores sino para hacernos mejores, su Voz resonó en mi corazón, entonces inicié mi tarea de ser eco de su Palabra con ella y con la vida para sembrar las semillas del Verbo. Hoy doy gracias a Dios y pido al Espíritu Santo que siempre guie mi hacer con la certeza, que como dijo el Señor cuando me envió “gratis se me ha dado y gratis debo darlo y nada es mérito propio. ¡GRACIAS SEÑOR!” Solo soy un siervo inútil que debo. “mi experiencia te dice abre los oídos del amor y confiar.

Soy Mario Collins. Poder haber compartido, la Palabra de Dios como padres guía de los más padres del Colegio verbita, fue una experiencia muy enriquecedora, en la cual más allá de pretender enseñar algo fue un aprendizaje mutuo que se da entre catequistas y catecúmenos ya que la fe es un sentimiento muy especial y totalmente particular de cada uno de nosotros. Espero poder haber contribuido al menos en una pequeña parte en cada una de las personas con las cuales compartimos la Palabra del Señor. Doy gracias a Dios por hacerme instrumento suyo y poder haber transmitido su mensaje.

Soy Marisol San Juan: Mi experiencia como catequista fueron tres años en catequesis para niños para las Primera Comuniones de niños de 9 / 10 años de edad. Fue una hermosa experiencia el poder transmitir el conocer a Dios, Jesús, al Espíritu Santo, la Virgen María, y a amarlos y de manera de hacerlos presentes en cada acto de nuestras vidas. Pude implementar en cada encuentro, leer un cuento religioso o con una reflexión o una moraleja que funcionaba como disparador de temas actuales y cada uno de los chicos podían compartir sus experiencias personales. Ellos esperaban el momento del cuento en uno de los encuentros los invité a actuar y representar el cuento y ¡¡¡fue increíble cómo resultó la experiencia!!! Todo un éxito. Al finalizar ya la preparación de la Comunión, a la salida de, una mamá de una niña me preguntó dónde podía comprar los libros de cuentos porque su hija le había comentado lo entretenidos que eran. ¡Eso fue muy reconfortante para mí ya que sentí que pude sembrar una semilla en la vida de esos pequeños niños!

3 respuestas

  1. Muchas gracias por compartir esta hermosa experiencia de ser catequista y poder ser instrumento de Dios para que haya más laicos comprometidos y que el Espíritu Santo sople en cada uno de nosotros

  2. Thanks for sharing your experience. I also serve in a SVD parish as catechist and I must say that children sometimes are more into spirituality and are more willing to pray and contemplate than adults. The re also fashinated from St. Arnold and St.J Freinademetz lives so don t hesitate to tell them more about those saints so that they can be inspired.

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