Dios, Padre de amor, has llamado a Arnoldo y a José

a seguir a tu Hijo, el Verbo Divino,

para anunciar el Evangelio a todos los pueblos.

Ardiendo de amor por Ti y llenos de tu Espíritu,

se dedicaron totalmente a difundir tu reino de amor y paz.

Que el testimonio de estos santos continúe inspirándonos hoy,

cómo han inspirado a tantas generaciones de misioneros en muchas partes del mundo.

Como ellos, enciende nuestro corazón

un amor ardiente por Jesús, quien nos llamó a la misma misión.

Enséñanos a construir comunidades donde se aprende el diálogo

y se crean relaciones generadoras de vida.

Que la donación total de tu Hijo en la Eucaristía

sea un ejemplo para nuestra vida comunitaria,

para que seamos signos del amor infinito que tienes por el mundo.

Enséñanos a experimentar el gozo en la diversidad de los pueblos

y transformar nuestro mundo en un corazón vivificado por el Espíritu de Jesús. Amén

Que Arnoldo, José, María Helena, Josefa y Mártires Verbitas intercedan por nosotros y nos ayuden en nuestras actividades apostólicas.