Bolivia, los niños de la Chiquitania presentan a los animales
Damos gracias a todos aquellos que se han movido, en sus vidas, a sanar y proteger la Tierra, en pequeñas y grandes formas.
Bendiciones para los compostadores, los jardineros, los criadores de gusanos y setas, los constructores de suelos, los que limpian las aguas y purifican el aire, todos los que limpian los desórdenes que otros han hecho.
Bendiciones para quienes defienden y plantan árboles, quienes cuidan los bosques y quienes renuevan los bosques.
Bendiciones para aquellos que aprenden a curar los pastizales y renuevan los arroyos, a aquellos que evitan la erosión, que restauran el salmón y las pesquerías, que cuidan y guardan las hierbas curativas y que conocen la tradición de las plantas silvestres.
Bendiciones para quienes sanan las ciudades y las reviven con entusiasmo, creatividad y amor.
Gratitud y bendiciones para todos los que se oponen a la codicia, los que se arriesgan, los que han sido heridos, y se han desangrado, y los que han dado su vida al servicio de la Tierra.
Que todos los sanadores de la Tierra encuentren su propia curación.
Que sean alimentados por el amor apasionado por la Tierra.
Que conozcan su miedo pero que el miedo no los detenga.
Que honren su dolor, pero que no se dejen paralizar por el dolor.
Que transformen la rabia, el miedo y el dolor en compasión e inspiración para actuar al servicio de lo que aman.
Que encuentren la ayuda, los recursos, el coraje, la suerte, la fuerza, el amor para actuar al servicio de lo que aman.
Que encuentren la salud, la alegría que necesitan para hacer el trabajo.
Que estén en el lugar correcto, en el momento correcto, de la manera correcta.
Que den vida a un gran despertar, abran un oído atento para escuchar la voz de la Tierra, transformen el desequilibrio en equilibrio, el odio y la codicia en amor.
Bienaventurados los sanadores de la Tierra.
Fuente: The Earth Path: Grounding Your Spirit in the Rhythms of Nature, por Starhawk.
¡Ven, Espíritu Santo! Ven con tu Luz, tu fuerza y tu paz.
¡Ven! Sin tu presencia y gracia, sin tu coraje y ayuda, sin tu amor y apoyo, somos incapaces de nuevos actos y acciones.
Todo es sin vida y sin sentido.
¡Ven! Crea, transforma, enséñanos a ser el grito profético y libertador de tu pueblo, de tu iglesia...
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo,Te agradecemos por haber llamado a Arnoldo Janssen al seguimiento de tu Hijo, el Verbo Divino, en la misión de proclamar el Evangelio a todos los pueblos.
Por el don de tu Espíritu que lo ha llenado de amor por él, y lo ha impulsado a consagrarse totalmente a tu reinado de amor, de paz y de justicia.
Por el testimonio misionero de Arnoldo, como hombre de fe, esperanza y caridad ardiente...
"Anhelaba comer contigo esta cena antes de sufrir" (Lc 22, 14).
Mi corazón está consumido por el dolor de tener que dejarlos.
Por eso invoqué al Padre y Él me dio
una manera de estar presente en cada uno de ustedes.
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