Todopoderoso, Dios Creador, te agradecemos y te exaltamos por la expresión magnífica de tu incomprensible  gloria y poder  al crear nuestra Madre Tierra. Nos bendices con un destello de Tu vida, majestad, belleza y amor mientras contemplamos las energías de todos los recursos y variedades de vida en la Tierra. Nuestra gratitud y alabanza son insuficientes ante este Hogar increíblemente hermoso y animado que nos protege y sostiene.

Nos damos cuenta de que tienes un propósito divino al crear la diversidad de formas de vida y unirlas. Reconocemos que en nuestra búsqueda ilimitada de cosas para satisfacer nuestras insaciables necesidades, no hemos sido amables con la Madre Tierra. En nombre de nuestro “derecho a las comodidades de la vida”, hemos sido egoístas al abusar indiscriminadamente de los recursos de nuestro Hogar común y alterar su equilibrio y su red de vida. Ahora pedimos perdón por nuestra codicia e insensibilidad. Con un corazón contrito, prometemos cambiar nuestras actitudes y acciones destructivas.

Espíritu Creador, concédenos la sabiduría para entender que la tierra no nos pertenece sino que nosotros somos de la tierra; que es nuestro deber contribuir positivamente a mantener nuestra Casa Común sana y completa para todos y todo lo que depende de ella para sobrevivir. No permitamos que nuestros pensamientos o acciones lo exploten o contaminen más y así evitar el peligro de colapso del ecosistema. Concédenos, Señor, la voluntad de trabajar juntos, como miembros de un mismo Hogar, para rejuvenecer y recuperar el equilibrio y la gloria perdidos. Que la sonrisa chispeante de cada forma de vida, cada gota de agua, cada grano de arena y cada rayo de luz llene la tierra y traiga alegría a todos. Amén.