¿Qué pensabas, María de tu Adviento?
¿Quién conoció tus sentimientos en la espera?
¿Qué deseabas para tu niño que nacía?
¿Qué pensabas de las circunstancias que vivías?
MARIA, ¿Quién supo de tus secretos sueños?
¿Quién entendió tus ilusiones?
¿Qué fue para Vos María el adviento?
¿Preparabas como nosotros arbolitos azules,
verdes o blancos, globos de colores, sidra,
pan dulce y almendras?…
Tu adviento no tuvo relevancia.
Pasaste tantas veces el camino,
buscaste el agua, amasaste el pan.
No pensaste en la gloria, en el brillo de un rey…
¿Qué pensabas María de tu adviento?
Llevabas el cielo concentrado en tus entrañas,
llevabas el Mesías madurando el tiempo,
era la hora de la plenitud y de la historia.
MARIA, ¡cómo quisiera que a 2000 años
me deletrearas como a un niño
lo que fue la espera oscura, tu dolor secreto,
tu esperanza inquebrantable, tu gozo silencioso.
¿Qué pensabas María de tu adviento? …
No hiciste alarde, no gritaste al destino,
no quisiste hacer difícil, ni complicar la historia.
Esto era necesario, porque lo quería el Padre.
Sabías que El era grande, y Vos tan pequeña,
sabías que Él era Dios, y no tenía su cuna…
Lo decía la Escritura que Él era el Mesías,
y Vos no entendías cómo el plan del Padre
tenía sus caminos claros y perfectos,
para que así sucediera, ¡tu adviento, María!
Enséñame María, cómo debe ser mi adviento.
Aquel que repite la espera en la vida;
cuando se descubre que Él llama a la puerta,
que quiere nacer, que espera una cuna.
Y no encuentra un camino disponible y pobre,
no encuentra esperanza, o no encuentra alegría.
Cuando le cerramos las puertas del alma
porque los criterios no coinciden siempre,
y seguimos haciendo navidades nuestras
de plástico y luces, de globos y risas…
Y no vemos, no oímos al hombre que llora
hace 2000 años desde que Él llegó,
porque nosotros, que sabemos todo,
no supimos ver, que tu adviento María,
es para nacer, es para salvar,
redimiendo adentro al hombre de Adán.
No importa la raza, su credo y demás…
Dios de justicia, te pedimos por los trabajadores del campo, de las fábricas, de los hospitales, hoteles y oficinas. Que su trabajo esté a salvo del peligro y el miedo. Que su labor los sostenga a ellos y a sus familias con equidad y dignidad...
En su carta Apostólica en forma Motu Proprio, «Aperuit Illis», el Papa Francisco pide que el III Domingo del Tiempo Ordinario esté especialmente dedicado a la celebración, reflexión y divulgación de la Palabra de Dios. Es su intención y deseo...
"En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, la tierra era un vacío sin forma y la oscuridad cubría la faz de las profundidades, mientras que el Espíritu de Dios movía la faz de las aguas". (Gen 1:1 – 2)
Primer Misterio Misionero
“La Encarnación” Texto Biblico: Jn. 1,1-5, 14
Reflexión Misionera: El misterio de la encarnación es el fundamento de la vida misionera. Recordamos el misterio de la encarnación cuando rezamos el ángelus. Dios es la MISIÓN y es el misionero. El mensaje central de esta misión es que Dios mismo se hizo uno con nosotros en nuestra humanidad para compartir nuestras alegrías, luchas, sufrimientos y nuestras esperanzas. Porque tanto Amó Dios al mundo que nos envió a su Único Hijo no para condenar al mundo sino para que el mundo se salve por El.
Por ello no sólo es importante que como misioneras/os nos identifiquemos con los destinatarios de la Palabra, la Mision sino con Jesús- la Palabra Encarnada, el misionero del PADRE...
Welcome! Sign up to receive new content in your inbox. The subscription is a multistep process, so please check your email after you submit the form and follow the instructions.
We promise we’ll never spam! Take a look at our Privacy Policy for more info.
¡Bienvenido! Suscríbase para recibir nuevos contenidos en su bandeja de entrada. La suscripción es un proceso de varios pasos, así que revise su correo electrónico después de enviar el formulario y siga las instrucciones.
¡Prometemos que nunca haremos spam! Echa un vistazo a nuestra Política de Privacidad para más información.