¡Ven Espíritu Santo!
Te necesitamos como el aire que respiramos porque eres el aliento que nos da vida.

Ven y danos fuerzas para luchar
por la verdad, la justicia y el amor,
luz para entender a todos, ayúdanos a servir,
danos profundidad para amar.

Haznos mujeres y hombres fraternos y solidarios,
iniciadores de la vida y la comunión.

Sin ti, no entendemos que nuestra felicidad yace al
reconocer que Dios es el Padre y la Madre de todos y al
vivir en confianza como hermanas y hermanos.

Ven, Espíritu del Padre,
que nos libera y nos salva de la autocomplacencia y el desánimo,
falta de coraje para luchar y desesperanza.

Ven, Espíritu del Hijo hecho hombre,
recuérdanos que Dios ama la carne y la condición humana
y sufre y espera en cada persona que sufre,
y se regocija en cada persona que se regocija.

Ven, Espíritu Santo,
para que nuestros esfuerzos den fruto de amor, para que la fidelidad nos abra un nuevo futuro,
y nos urja en las tareas de cada día;
para que nos libere del cansancio y la decepción y nos lleve al Reino del amor.

¡Ven, Señor y dador de vida,
¡Ven a animar a nuestro mundo oscuro! ¡Ven y renueva la faz de la tierra!
¡Ven y bendice nuestra reunión,
¡Ven y envíanos como misioneros
y testigos de tu poder transformador!

Original en portugués en el libro “Orações Vocacionais e Missionárias” Missionárias Servas do Espírito Santo – Brasil