Entre las Palabras de las Sagradas Escrituras que muy bien expresan todo aquello que ha sido esencial en la vida de Hendrina Stenmanns, se destacan las siguientes citas: “Quienes aman la sabiduría, aman la vida, todos los que la buscan serán colmados de favores. Todos los que la poseen heredan la gloria; dondequiera que ella habite, el Señor derrama sus bendiciones” (Ecl. 4, 12-13), porque “Dios nos ha bendecido con toda clase de bienes espirituales” (Ef. 1,3).
Hendrina Stenmanns fue una mujer que no ha realizado grandes cosas, tampoco ha producido gran literatura. Sus escritos, más bien, consisten en cartas personales a las Hermanas en ultramar, recomendaciones a las hermanas y notas tomadas de libros.
La presente biográfica quiere mostrar cómo una mujer de estatura pequeña pasó a ser una gran persona; y sobre todo resaltar cómo ella, venciendo los obstáculos, logró realizar grandes cosas.
Hendrina fue una mística, una mujer que vivió desde sus experiencias de Dios. Para ella Dios era como un amigo real; era el gran amor de su vida. La pasión de ese amor pudo ser percibida en la energía y sinceridad que ella irradió. Cuando miramos de cerca su vida, nos maravillamos del modo en que Dios se acerca a nosotros, gente humilde, cómo Él se inclina hasta nosotros en Jesucristo y cómo su Espíritu Santo puede llegar a ser el aliento para nuestras vidas.
Esta breve biografía, nos ofrece la oportunidad para conocer, desde los testimonios de quienes vivieron con ella, las primeras hermanas, huéspedes y gente de su pueblo, algo de aquello que profundamente animaba y motivaba la vida de esta gran mujer. El ejemplo de Hendrina nos puede inspirar a descubrir nuestra respuesta personal a la invitación de Dios.