Extractos de la correspondencia de nuestro Fundador Arnoldo Janssen con sus primeros misioneros han sido recopilados y traducidos por la Hna. Jacqueline Mulberge, SSpS.

Arnoldo Janssen a menudo es retratado, entre otras cosas, como un líder estricto y autocrático, un hombre que puso límites en muchos aspectos de la vida, en  la oración y el trabajo de sus misioneros religiosos, especialmente a las Hermanas, con normas  y regulaciones.

Al mismo tiempo, se le conoce por ser un hombre de verdadera fe, un hombre de oración con un celo ardiente por llevar a las personas a Dios. Un hombre del que pocos esperaban grandes cosas, producto de su tiempo con multitud de devociones efectivas en el ámbito religioso y un sentido del deber y del uso del tiempo desmesurado.

La verdad es mucho más amplia. La misma riqueza de su personalidad y su desarrollo visible desafía todo intento de pintar una imagen completa del Fundador. Sin embargo, meditando y reflexionando sobre su papel en una profunda conciencia de sus defectos, Arnoldo Janssen cultivó en sí mismo las cualidades que brillan a través de sus cartas en numerosos casos.