Lectura inspiradora sobre los compañeros de Arnoldo Janssen. ¿Qué podemos aprender de ellos? El Padre Blum suavizó con éxito el período de transición después de la muerte del fundador organizando sistemáticamente un Capítulo General; no era una hazaña fácil porque la división de la Sociedad del Verbo Divino en provincias fue incompleta.

Aproximadamente 200 misioneros SVD en el mundo habían pasado por manos del P. Wegener como prefecto del seminario menor. Muy importante fue su contribución a la espiritualidad cristiana al mostrar el valor de la experiencia del Huerto de los Olivos como una triple experiencia de cada contemplativo, una experiencia de sufrimiento intenso, una experiencia de entrega y una experiencia de iluminación. Lo que podemos aprender de la vida de Johann Janssen es la necesidad de discernimiento.

El Padre Eikenbrock fue el primer maestro de novicios de la sociedad, pero su otra contribución es explicar una aplicación del espacio-tiempo, un fenómeno muy discutido en la física contemporánea; la vida de oración como un inspirar y expirar.

Por último, está el Padre Holthausen, quien dejó claro que lo más importante en la espiritualidad de la Sociedad, era que cada miembro creara un programa personal de vida entre las devociones.

Cada uno de estos cinco compañeros reflejaba la espiritualidad de Arnoldo Janssen, pero cada uno a su manera única.