La experiencia mística es fundamental para la misión - Una reflexión para el día de San Arnoldo

Autor: Saju George Aruvelil, SVD
Tema: Experiencia mística
Idioma: Inglés, Español
Editorial: VivatDeus.org
Año: 2023
  1. La importancia de una experiencia mística en la misión.

No hay una misión eclesial sin una experiencia mística. La Biblia señala que la experiencia mística personal es la que lleva a una persona a una misión radical. Ésta motiva la realización de un plan divino. En una misión Dios es siempre el protagonista y la fuente de gracia, y nosotros somos partícipes. En pocas palabras, lo afirman las historias de vida de las siguientes personas como Abraham (Gn 12,1- 25,18), José (Gn 37,1- 44), Moisés (Ex 3,1-), los jueces, los profetas, y otros elegidos.

La vida y obra de San Arnoldo y las de los miembros de la generación fundacional estaban marcadas por sus experiencias espirituales. Esta también es la experiencia de varios otros, especialmente de los fundadores y fundadoras de congregaciones u órdenes, como San Benito, San Francisco de Asís, Santo Domingo de Guzmán, Santa Hildegarda de Bingen, Santa Teresas de Jesús, o Santa Teresa de Calcuta.

2. La experiencia mística en la vida de la Generación Fundadora.

Conmemoramos este mes de enero los Santos misioneros Arnoldo Janssen (el 15) y José Freinademetz (el 29).  ¿Cuáles han sido las experiencias fundantes de ellos y las de los demás de aquella época fundacional? Lo que siempre inspiraba al Fundador era la imagen del Niño Jesús. El Verbo se hizo carne y habitó en medio de nosotros (Jn 1,14). Este versículo lo fascinaba. El amor a la misión para llevar a Jesús a todos los rincones del mundo siempre inspiraba a aquellos pioneros.

La más profunda unión con el gran misterio de la Encarnación del Verbo de Dios no deja quieto al padre Arnoldo Janssen. Él quería hacer todo lo posible para que muchos llegaran a conocer el amor de Dios. Su compromiso comienza con la participación en el Apostolado de la Oración y en la redacción y propagación de su gaceta El Pequeño Mensajero del Sagrado Corazón de Jesús. Posteriormente, le surge la inspiración de fundar primero, la Congregación del Verbo Divino y luego las Congregación Misioneras Siervas del Espíritu Santo y las Siervas del Espíritu Santo de la Adoración Perpetua. Como Arnoldo, los demás miembros de la generación fundacional tuvieron profundas experiencias del amor de Dios y querían anunciarlo a través de sus vidas misioneras.

Somos misioneras y misioneros de corazón y de acción. Desde el inicio de nuestra fundación misional hemos sido marcados por estos dos estilos de vocación misionera, a saber, ser misioneros ad intra y ad gentes. Esto significa que primero realizamos nuestra misión en el país de origen y luego en tierras extranjeras. Mientras en la época fundacional el P. Arnoldo, y las hermanas María Elena, Josefa, Micaela, etc., permanecían en la casa fundacional, varios fueron enviados a los países de misión. Desde el inicio nuestra familia Arnoldina cuenta con ambos estilos.

El 2 de marzo de 1879 José Freinademetz y Juan Bautista Anzer recibieron la cruz misional, y en pocos días embarcaron hacia China. En cuanto a las Siervas del Espíritu Santo, el 12 de noviembre del año 1895 las hermanas Andrea Gertrudis Hegemann, Scholastika Theresia Beckert, Agatha Theresia Niemann y Xaveria Maria Kaup, iniciaron su labor misionera en la parroquia verbita de Valle María, Entre Ríos, Argentina.

3. Las raíces bíblicas de la vocación misionera.

La misión tiene su raíz en el misterio de la Santísima Trinidad. Dios Padre enviaba a los profetas y otros elegidos como misioneros con el mensaje de su amor. Sus enseñanzas exhortaban a la conversión y llamaban a volver al Padre a los que se habían apartado. Con la encarnación del Verbo la misión trinitaria entra en una segunda etapa. Jesús comienza su misión desde la manifestación de la Trinidad en el bautismo: “Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre él, y una voz del cielo dijo: Tú eres mi Hijo querido, en ti tengo puesta toda mi predilección (Mc 3,10-11). En Pentecostés (Hch 2,1ss) la Iglesia es enviada a continuar la Misión de Jesús.

San Pablo es uno de los misioneros más destacados del Nuevo Testamento y de todos los tiempos. Hagamos una relectura de su carta a la comunidad de Roma. “Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el Evangelio de Dios” (Rm 1,1).  Aquí vemos de forma resumida qué es una vocación misionera. Ella abarca a todas las misioneras y a todos los misioneros ad intra y ad gentes, así como a los socios laicos de todos los tiempos de manera universal y de manera particular en nuestras congregaciones fundadas por Arnoldo.

Cuando escribimos una carta generalmente ponemos nuestros nombres al final.  ¿Por qué Pablo escribe su nombre en primer lugar? Me parece que es para resaltar el gran cambio irreversible que es el cambio de su nombre, Saulo a Pablo. En otras palabras, desde nuestro nacimiento lo que nos identifica en primer lugar y siempre es nuestro nombre. José Freinademetz, un misionero en todo, también cambia su nombre cristiano a un nombre chino: Fu Shenfu que significa sacerdote de la felicidad. Su amor a los chinos, a pesar de los malos ratos de persecución que experimentó, le motiva a hacerse “chino entre los chinos” hasta tal punto que, según sus propias palabras: “Si en el cielo hay un rincón para los chinos, me gustaría estar allí con ellos”.

Es un ejemplo por excelencia de adaptación e inculturación china con absoluta libertad. Muchos de nuestros misioneros y de nuestras misioneras también se inculturan, aceptando tanto el estilo de vestirse, de comer y las demás costumbres. Como San Pablo es el ejemplo clásico de una vida misionera, así lo es José Freinademetz para la familia Arnoldina.

Las vidas de San Arnoldo, San José Freinademetz, las beatas María Elena, Josefa y la Madre Micaela nos aclaran que la experiencia espiritual (mística) fundante es el motor secreto de nuestra vida y de la entrega gozosa para la misión. Indudablemente todos tenemos la experiencia espiritual y es la que nos lleva a consagrarnos al servicio de la Misión en las congregaciones de la gran familia Arnoldina.

4. ¡Aviven el fuego!

En medio de la difícil situación en la que Timoteo se encontraba, el apóstol Pablo le exhorta a avivar el fuego del don de Dios que estaba en él (2Tim 1, 1-7). Ahí está el secreto que es la fuente y la oportunidad para la perseverancia. San Arnoldo nos exhorta que “utilicemos siempre la oración, llave de todas las gracias”. Lo tiene claro desde su propia vivencia.

Y ahora algunas palabras de autocrítica. Me parece que el secreto del éxito de una vida entregada libremente para la misión con gozo en lo bueno y en lo difícil radica en la experiencia espiritual (mística) que siempre tenemos que avivar. Esta falta es el talón de Aquiles de varias misioneras y misioneros y causa de muchos fracasos. A veces no saben ni quieren avivar el primer amor misional; dedican poco tiempo y poco corazón a la oración, por lo que falta entrega en el compromiso y entusiasmo en la inculturación, fracasos. Muchos se limitan a ser trabajadores sin una motivación dinámica. !Sí, avivar el fuego es vital¡

En lo personal, acabo de cumplir veinticinco años de mi ministerio sacerdotal y en junio cumpliré treinta y tres años de mi vida como  verbita. La visión de San Arnoldo siempre me guía, la pasión por la misión e inculturación de José Freinademetz me inspiran, y la adoración perpetua de nuestras hermanas Siervas del Espíritu Santo me motiva a estar “una hora con el Señor” (Mt 24, 40) para avivar la gracia que recibí en la vocación a la vida religiosa misionera. Ellos son como el faro marítimo para mí.

El dinamismo de Jesús es premiar a los perseverantes como leemos en las tres parábolas (Mt 25,1-20). Si somos fieles en el carisma, el Señor nos confiará cada vez más. San Arnoldo, San  José Freinademetz, las Hermanas misioneras de la generación fundacional habían sido fieles a lo que habían recibido. Dios bendijo y multiplicó en abundancia ese carisma, por lo que nosotros también somos los miembros de nuestra familia Arnoldina.

!Que los Santos Arnoldo, José y las beatas María Elena, Josefa, Madre Micaela y otros, intercedan por nosotros y nuestra vida misionera¡

 

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Saju
Saju George Aruvelil, SVD

Saju George Aruvelil, SVD es de la India. Es uno de los primeros OTPs que ha ido a Argentina. También allí terminó sus estudios teológicos para el sacerdocio. Luego comenzó su servicio en el área de la educación en nuestras instituciones SVD. Licenciado en Espiritualidad por la Universidad Pontificia de Comillas, Madrid. También tiene un doctorado en Teología de la Pontificia Universidad Católica de Argentina, Buenos Aires. También ayuda en la formación de laicos y candidatos religiosos. Da retiros y dirige talleres de espiritualidad y de liderazgo, seminarios, etc. Tiene un programa de radio y escribe en un periódico local. Actualmente es un promotor del Movimiento Laudato Si para el cuidado de la Tierra, junto con sus actividades de pastoral parroquial.

 

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