El camino espiritual de José Freinadmetz

Autor: Jorge Manuel Fernandes, SVD
Tema: Fiesta de San José Freinademetz
Idioma: Inglés, Español

En un Capítulo General de la SVD, en los años 90, surgió una expresión, que pocos entendieron y puede ayudarnos a entender el camino espiritual de nuestro Santo. Es la palabra inglesa “passing-over”, o pasar las fronteras. Con esto se intentaba entonces entender nuestro servicio a la Iglesia y al mundo: como misioneros deberíamos ser hombres de frontera, siempre dispuestos a irnos a nuevas fronteras – no solo geográficas – adonde nos envía el Espíritu. José experimentó este continuo pasar las fronteras desde su niñez hasta su muerte en China. Su vida puede ser leída bajo la expresión “passing-over” y de él podemos aprender que significa estar disponible para la misión, o ser libres para la misión. Veamos como él lo ha vivido a lo largo de su vida. Haremos nuestra reflexión en 4 puntos: a. de Oies a Bressanone; b. de St. Martin a Steyl; c. de Steyl a la China; d. la purificación en China.

a. De Oies a Bressanone – No olvidemos: José es miembro de un pequeño grupo étnico: los ladinos. Aprendió la lengua materna, pero en la escuela debió aprender el italiano y el alemán. Cuando llegó a Bressanone tuvo que mejorar el alemán para terminar la escuela secundaria y estudiar la Teología. El hecho de pertenecer a un grupo sociológicamente poco significativo crea en la persona la necesidad de confrontarse con el grande mundo. Uno se cierra o dará la bienvenida al otro. – José tiene 10 años. Deja la seguridad de su pueblo, la protección del Valle Badia, de la familia y empieza a vivir como un estudiante pobre en la ciudad. Abre el corazón al nuevo y debe reconocer las limitaciones de un pueblecito de 2/3 casas.

b. De St. Martin a Steyl – Es la decisión crucial en la vida de José. Después de los estudios y recibida la ordenación sacerdotal, José es enviado por el Obispo a un pueblo, no lejos de Oies. En St. Martin trabaja como capellán y maestro por algunos meses. Se encuentra muy bién y feliz con su gente: camina por las montañas para llevar el conforto de la Iglesia a los moribundos. Tiene una relación muy cercana con los niños de la escuela. Pero la voz que llama y viene de lejos lo acompaña. El P. Mitterrutzner y los frailes de Neustift habían formado su corazón juvenil y dejado una marca profunda. El entusiasmo por la misión es muy vivo en Tirol. D. Comboni nació muy cerca, en Limone di Garda. El interés por los pueblos donde penetra el Evangelio es notable. Sobretodo por la misión del actual Sudan. Porqué José se decide por Ásia permanece un enigma.

Un día de enero de 1878 llegó el periódico de la Diócesis. En ella se hace propaganda de una casa misionera en Steyl/Holanda. Arnoldo en Steyl empieza algo nuevo y necesita colaboradores. Es la llamada concreta que José esperaba. El Párroco de St. Martin no puede creer que José deje el trabajo como capellán para irse a la casa misionera. Aposta sus dos orejas, que rescatará más tarde por 70 Gulden (monedas de plata), cuando nuestro santo se despide de la comunidad. José es un joven lleno de entusiasmo por el reino de Dios. Pero se puede imaginar lo que significó para él dejar St. Martin: la buena gente lo quería, los niños en la escuela adoraban su maestro, las montañas le creaban tanta nostalgia, la seguridad económica, la cercanía a la familia. Durante el verano 1878, en Julio, conocerá a Arnoldo Janssen y su entusiasmo pasa por un momento fuerte de crisis. Pero la decisión está tomada. En Steyl aprenderá a valorar y a conocer mejor al Fundador. Dios lo conduce en medio de algunas dudas, pero José permanece fiel a su llamada a la misión.

c. Da Steyl a China – José llega a Steyl en los últimos días de agosto 1878. En marzo del año siguiente embarca en Ancona para la China. Antes de irse a Italia, nuestro santo tiene la posibilidad de estar unos (pocos) días con la familia en Oies. En su sermón de despedida se sirve de unas expresiones muy raras para nosotros hoy. “Conozco la miseria indescriptible de nuestro hermano, dice, que con lágrimas en los ojos nos extienden los brazos y piden ayuda.” José muy pronto descubrirá que la realidad misionera en China es otra cosa. Pero él es un hombre de su tiempo. La misión es una guerra contra el demonio y los cultos paganos y politeístas. José piensa que cuando llega el misionero, el infierno empieza a temblar. Se trata de salvar hombres de las garras del Maligno.

Al llegar a Hong Kong escribe a su familia: “Ecco trovato quel paese, che già da tanti anni pregavo Iddio di mostrarmi; ho trovato la mia patria nuova, che già da tanto tempo sospiravo di vedere”. China se tornará la patria de José, pero el debe pagar un alto precio para adquirir el nuevo carné de identidad. Así escribe un joven misionero, ingenuo, no-preparado para el encuentro con la nueva cultura, pero muy convencido de su misión espiritual en China. La realidad será un Noviciado muy dramático para José. Es verdad que empieza a vestirse como un Chino y este cambio no es muy complicado. José no encuentra ningún chino de lágrimas en los ojos, interesado en su trabajo misionero. Los chinos se reían de él, de su nariz europeo, de la forma como habla la lengua china. José es un hombre sensible: dejó la Tierra Santa del Tirol, su familia, la seguridad de St. Martin para sacrificar su vida al servicio del Evangelio. Y empieza la crisis… Estoy convencido que entre los años 1878 y 1886 José pasó por una tremenda crisis vocacional. Escribe cosas impublicables sobre China y los chinos. Cita la palabra de un viejo misionero in China: “El misionero es odiado por muchos, tolerado por algunos y amado por nadie”. Escribe: “La China es realmente el Reino del Demonio!” José se encuentra al borde del precipicio…o de la redención.

d. La purificación en China“Passing-over” sobre él mismo – Dejar la familia y las montañas de OIES fue para el pequeño José un paso y un cambio grande; marcharse de St. Martin a Steyl una decisión llena de entusiasmo juvenil y ingenuo, abandonar Europa y hacerse misionero en China un riesgo tremendo. Después de la grande crisis, algo debería cambiar. José lo intuye muy bien, cuando dos años después de llegar a Hong Kong escribe: “La cosa más importante debe todavía hacerse: el cambio del hombre interior. Y esto no se hace un día o en un año y sin una dolorosa operación.”

El 15 de agosto de 1886 – al final de la crisis vocacional – y 7 años después de llegar in China, José anota en su Diario: “Reza, trabaja, suporta y sufre. Que toda tu vida sea para los Chinos y un día tu puedas morir entre tus caros chinos. Adieu! Mia cara patria aldilà del mare!” Creo que estas últimas palabras nos muestran claramente donde se centraba el problema. José fue tentado a volver a Europa, pero ahora la tentación está superada. El lenguaje cambia…pero sobretodo su relación con la Misión.

¿Qué pasó? ¿Quién cambió? ¿El pueblo chino? José cambió, su hombre interior no es el mismo. Nuestro Santo se convirtió al pueblo y empezó a amar aquella gente. En el futuro no permitirá que se hable de manera negativa sobre la China. Por veces parece algo exagerado (típico de los neo-convertidos). El P. Erlemann decía que en estos años – después de su conversión – José veía solamente cosas buenas en los Chinos. “Declaraba los chinos santos, con la única diferencia que no eran bautizados”.

José aprendió a amar el pueblo chino. La Misión es eso: una cuestión de amor. Amar a Dios e a su pueblo. La misión es la realización de la palabra de nuestro santo: “El único lenguaje que todo el mundo entiende es el lenguaje del amor”. O, como decía la grande maestra Teresa d’Avila: “Sin amor todos es nada!”.

Jorge Manuel Fernandes, SVD

El P. Jorge Manuel Fernandes fue provincial de la provincia portuguesa Verbita (POR), coordinador de la zona europea, praeses de la comunidad de Nemi y consejero espiritual del Colegio S. Pedro de Roma. Actualmente es el rector de la comunidad de Fátima, Portugal.

Una respuesta

  1. Muy buena reflexión, p. José! Tengo la impresión de que en nuestra formación falta una cierta visión de la vida de nuestros santos y beatos. Citamos mucho sus palabras, pero no siempre conocemos su vida, que era “de carne y hueso”, y por eso capaz de darnos orientación en las situaciones que nos toca vivir hoy.

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