Existe una razón para admirar la extraordinaria dinámica y el desarrollo exitoso de la fundación de una congregación misionera por parte de San Arnoldo Janssen. A pesar de sus comienzos humildes, la Casa Misional en Steyl se transformó en un centro de intensa actividad. Desde Steyl, el Fundador dirigió la rápida expansión de la Congregación, cuyos números aumentaron un ciento por ciento durante su vida. Había 11 miembros a finales de 1875 y 1.018 miembros en votos perpetuos en el año 1909, incluyendo los 308 candidatos en la formación inicial. Sorpresivamente, el P. Josef Grendel (1932- 1947), el cuarto Superior General, preparando la celebración del centenario del nacimiento del Fundador, en la carta circular-mensaje escrito el 4 de diciembre de 1936 hizo énfasis no en el pasado glorioso pero en la práctica de la Oración del Cuarto de Hora. En su mensaje titulado “La Ferviente Práctica del Cuarto de Hora”, el P. Grendel habló del valor especial de esta oración deseada y esperada por Dios de parte nuestra. Esta oración es un regalo especial de Dios para la Congregación y debería convertirse en la oración bandera de todos los SVD como una señal reconocible de su unidad. Entre algunos autores de la SVD la Oración del Cuarto de Hora se ganó la fama de una joya preciosa (asociación bíblica con la perla) en la herencia espiritual de la SVD. Las razones por las cuales esta oración merece un lugar especial en la Congregación deben ser encontradas de nuevo. Para hacer esto debemos mirar a los argumentos principales a favor presentados por el Superior General Grendel en términos de su valor teológico, espiritual, práctico e histórico.

1.1 Valor Teológico. La Oración del Cuarto de Hora lleva a la Congregación a una comunión continua con nuestro Dios Uno y Trino, la fuente más profunda y verdadera vida en la Congregación. Como la única razón de nuestra existencia es la de dar mayor gloria a Dios, nuestro llamado principal es caminar en la presencia de Dios y a estar en unión permanente y profunda con Él, en medio de nuestro estilo de vida misionera activa. Nuestras vidas son un regalo de Dios, y por lo tanto, deberían ser llamas que arden para una mayor gloria de Dios. El P. Grendel dice: “Nuestra Oración del Cuarto de Hora debe ser como un ir silenciosamente a Dios en la fe; un arrodillarse delante de Él con esperanza y confianza; un transformarse gozosamente uno en Él en una comunión espiritual amorosa; un llenar renovado de nuestra alma a la luz y la fuerza del Espíritu Santo, y por eso, todo nuestro ser y todas nuestras actividades deben ser unas llamas puras que se consumen para Su mayor gloria”.

1.2 Valor Espiritual. El P. Janssen encontró en la Oración del Cuarto de Hora una manera práctica de conservar y profundizar en todos nosotros la vida divina, y de establecer cada vez más profundamente esta unión en y con Dios. Esta práctica nos permite llevar en el corazón “toda la Congregación, cada cohermano con sus trabajos, intenciones y planes, que también incluyen los pensamientos y designios de Dios para ellos”. Para nuestro Fundador, la Oración del Cuarto de Hora era un llamado constante a renovar nuestra comunión con Dios en la Eucaristía, al participar de la Cuerpo de Cristo y, de esta manera, llevándonos a renovar nuestro compromiso con la Congregación y haciendo de nuestros días y todas nuestras actividades una oración eucarística. La invocación al Espíritu Santo, el Padre de nuestra Congregación, nos recuerda de la presencia de Dios en nosotros como una fuente de bendición y fortaleza espiritual. La repetición frecuente de los actos de fe, esperanza y caridad permitió a nuestro Fundador mantener la calma en medio de todas las actividades y de esta manera, favorecía una meditación interior. La Oración del Cuarto de Hora también nos recuerda que una vida misionera fructífera solo se garantiza con una profunda unidad de la actividad y la oración. Tal era el espíritu de dicha oración que inspiró a la generación fundadora y a las primeras comunidades de nuestra Congregación. Como lo decían los cohermanos en ese entonces, las actividades en Steyl eran intercaladas con un espíritu de oración incesante. Por lo tanto, José Freinademetz, al entrar en Steyl en 1878 pudo decir: “Esta casa es en verdad una casa de Dios”.

1.3 Valor práctico. Para el P. Grendel, la Oración del Cuarto de Hora era, en primer lugar, un llamado a la unidad de todos los cohermanos, vivos y muertos. El veía en la oración una manera práctica de fortalecer la unidad en la Congregación del Verbo Divino. La comunión espiritual entre los cohermanos lleva a tener unas buenas bases para la colaboración en nuestras actividades comunes. Esta oración apoya un pastoral llena de bendiciones para los enfermos, para la Congregación y, especialmente, para nuestros misioneros que viven y trabajan para Dios en zonas aisladas del mundo exterior. El P. Janssen estaba preocupado del crecimiento espiritual de la Casa Misional y estaba convencido que la Congregación solo podía ser efectiva cuando estuviera impregnada del buen Espíritu. El mensaje de “La “Ferviente Práctica de la Oración del Cuarto de Hora” expresa también las prácticas obligatorias con respecto a la recitación de la Oración del Cuarto de Hora y los medios para fomentar y preservar la práctica ferviente de su uso diario. La única condición para la efectividad de la Oración del Cuarto de Hora es que debe hacerse como una oración que lleve la voluntad de Dios a una fruición dentro de nosotros.

1.4 Valor histórico. La Oración del Cuarto de Hora tiene un lugar especial en la vida de Arnoldo Janssen. Era ya parte de su libro de oración del año de 1866 como la oración de aceptación en el Apostolado de la Oración, mucho antes de la fundación de la Congregación en Steyl. La primera forma incluía los actos de fe, esperanza y caridad. Esta oración se introdujo en la Casa Misional de San Miguel desde sus comienzos (1875) y recibió el nombre de “Oración del Cuarto de Hora”. Desde el Otoño d 1876, la recitación de la oración era regulada con el sonido de la campana cada quince minutos. Más tarde, la Oración del Cuarto de Hora también incluyó actos de humildad y comunión espiritual. Siguiendo la sugerencia del P. Medits en el año 1884, una petición fue agregada para dar honor al Espíritu Santo sobre la base de que si la Congregación pide a menudo la presencia del Espíritu Santo definitivamente será guiada por Él. En el año 1909, el 4o Capítulo General recortó la oración a cinco invocaciones y finalmente en el año 1962, se le hizo más recortes y se le dio una orientación misionera enfatizando la dimensión Trinitaria. La Oración del Cuarto de Hora era cercana al corazón del Fundador. En sus notas personales (1906) leemos: “Me causaría mucha pena si esta oración se dejara de recitar en la Congregación porque le haría un gran daño privándola de una rica corriente de gracia”. El P. Grendel concluye su mensaje sobre la Oración del Cuarto de Hora diciendo: “Un hijo sabio escucha las instrucciones de su padre. En ningún otro momento estamos tan unidos con nuestro santo Fundador y, con nuestros cohermanos que ya se han adelantado a nosotros, como cuando recitamos la Oración del Cuarto de Hora”. El mensaje “La Ferviente Práctica de la Oración del Cuarto de Hora” abrió una larga cadena de 32 Exercitium anuum (ejercicios espirituales anuales) entre los años 1937-1967 dirigidas a todos los miembros de la Congregación.