La Liturgia de las Horas "Trabaja con alegría para Dios"

Autor: SSpSAP, Traductor: Jarlat Melvin, SVD
Tema: Constitución 113: Espíritu de Oración El Don de la Fortaleza
Idioma: Inglés, Español
Editorial: Generalato SSpSAP
Año: 1997
Mother Mary Michael Tonnies
  1. San Arnoldo estaba profundamente convencido de que toda obra en el reino de Dios depende de la gracia y la gracia se da como resultado de la oración. (MM 1 pág.11)
  2. Dijo a las Hermanas de la Perpetua Adoración: “Seguramente obtendrán muchas y diversas intenciones por las cuales orar y es bueno orar por ellas. Pero la parte principal de su oración pertenece a Cristo y su Iglesia, sus intenciones, su servicio, su amor a la salvación de las almas”. (MM 2 pág.34)
  3. Fue este sentido de oración con Cristo y la Iglesia lo que llevó a la Madre María Micaela a pedir que el Oficio Divino, la Liturgia de las Horas, sea la oración coral de la Congregación. (MMM 2 pág.48)
  4. Ella comprendió bien que la Liturgia de las Horas ensaya los múltiples y diversos caminos de la auto-revelación de Dios y de nuestra respuesta, que alcanzan su plenitud en el diálogo de Cristo con el Padre en el Espíritu Santo. La Iglesia en oración contempla este diálogo de salvación, alaba a Dios por el misterio que obra entre nosotros y pide la realización de la salvación, la reconciliación de todas las cosas con el Padre por el Hijo y en el Espíritu Santo. (OSB n. 17)
  5. En el acto mismo de celebrar aspectos del misterio de la salvación, la fuerza de ese misterio está presente efectivamente en la comunidad orante. Los transforma día a día en la medida en que están abiertos al Espíritu Santo, don de Cristo Resucitado, en medio de ellos. (OSB n. 18)
  6. Con Cristo y en Cristo, mediante la celebración de la liturgia de las horas, una comunidad contemplativa da voz por la fuerza del Espíritu Santo a las palabras de alabanza, arrepentimiento y súplica en el corazón de todas las personas. (OSBn.25)
  7. Para la Madre María Micaela, la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento expuesto, intensificó la conciencia de la comunidad de participar en la eterna oración sacerdotal del Señor Resucitado, presente en el Santísimo Sacramento- Un misionero del Verbo Divino habló del poder de este testimonio después de la fundación del Convento del Amor Divino en Lipa en 1923: “Las hermanas Siervas del Espíritu Santo Perpetua Adoración estarán suplicando día y noche al Corazón Eucarístico de Jesús por más vocaciones santas y dignas al sacerdocio y al estado religioso que sean la sal de la tierra y se consagrarán totalmente al Señor y la salvación de las almas inmortales “. (MMM 1 pág.18)
  8. La Beata María Virgo supo que el Señor está presente en el sacramento de su amor para unirse a nosotros y realizar en nosotros el misterio de su adoración y entrega al Padre. En y a través de nosotros el Señor Resucitado busca dar vida y santidad al mundo. (BMVp.116)
  9. Para la Madre María Micaela y Beata. María Virgo, la liturgia de las horas y la adoración perpetua fueron ocasiones para depositar sus preocupaciones en el Señor. Citando el verso del Salmo 55: “Pon tu cuidado en el Señor”, la Madre María Micaela diría: “Las Hermanas deben prestar atención a la expresión ‘arrojar’. Está muy claro que cuando arrojo algo, me deshago de ella. Así que nosotros, también, deberíamos poner todas nuestras preocupaciones en el Señor. ” (MMM 1 págs. 21-22)
  10. La Madre María Micaela vio “Trabajar con alegría para Dios” y “Hablar de las cosas con Dios” como dos aspectos de la adoración perpetua. Ella dijo: “Todo debe ser una oración por una hermana de adoración perpetua, incluso el trabajo. Sí, podemos y debemos ser adoradores en todas partes, en cada rincón de la casa; así seremos verdaderamente ‘adoradoras perpetuas’”. (MMM 2 pág. 166)
  11. Encontramos el mismo espíritu en la Beata. María Virgo, quien le escribió a San Arnoldo en 1894: “Incluso cuando llevo a cabo tareas externas, siento un anhelo y un deseo casi constante de silencio para poder servir a Dios sin ser molestado en oración y trabajo”. (BMV pág. 126)
  12. Ella cultivó la “oración de atención amorosa” y buscó morar en la presencia del Señor Eucarístico. Caminó con amor y oración durante su trabajo diario sin que ocurriera ninguna dicotomía. (BMV pág. 125)
  13. La Beata. María Virgo vio que la recolección interior es necesaria para la oración. La oración es perturbada principalmente por las emociones, p. ej. molestia, discordia, enojo, envidia, resentimiento y celos. Por eso escribió a las Hermanas en Argentina unos meses antes de su muerte: “Si el amor fraterno está realmente presente en un convento, todo es mucho más fácil; se evitan muchísimos fracasos; se mantiene más fácilmente la recolección interior; se puede relacionar con Dios en oración con mucha menos perturbación, y todos los demás deberes religiosos pueden cumplirse con mayor alegría y facilidad. ” (BMVp.155)
  14. Tanto para la Madre María Micaela como para la Beata María Virgo el don de la fortaleza, que nos da la valentía para el servicio de Dios, les permitió entregarse totalmente en el amor a la oración y al trabajo y ver el amor fraterno como horizonte para la atención amorosa a Dios.

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